Análisis de Lust for Life de Lana del Rey: Sonriamos en este mundo de mierda


The Pretty Reckless, Natalia Kills y Nicola Roberts tuvieron su mayor impacto allá por finales de 2011. Hablo del apogeo de la era Tumblr, donde todas las fotos debían llevar un poco de humo y alguna flor. Internet volvía a traer una nueva era pseudoemo, en parte provocado por un pesimismo generalizado; con Nirvana como mayor referente, por supuesto. Sin embargo, esta vez los valores de oscuridad y desapego ya no se centraban únicamente en ese rock alternativo de Kurt Cobain, sino que traspasaban la barrera de “lo alternativo” e inundaban la música comercial; si es que se puede decir que alguna música no lo sea.
Lana del Rey es una referente de esta era emo nacida en Internet. Podríamos decir incluso que es su mayor exponente. Born to Die es, por definición, el decálogo del nihilismo que predominaba a principios de década.
Pero ya hace casi seis años de esta época, Internet ha cambiado mucho y con él los valores que predominan entre los jóvenes. Lana lleva tres discos a sus espaldas, cuatro si hemos estudiado matemáticas con Lady Gaga. Es por eso que Lust for Life llega para dar un giro al mensaje de Lana del Rey y abrir paso a una era de positivismo. Sin embargo, y como suele pasar con muchos cantantes, una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace.
Los primeros temas sirven a este propósito. “Doesn't matter 'cause it's enough to be young and in love” nos canta en Love, el primer single del álbum. Esta idea la enlaza con Lust For Life y su “Take off all of your clothes”. El climax de esta primera fase del álbum y que cierra con 13 Beaches. La gran colaboración con The Weeknd, fiel compañero de Lana, da paso a un tema sencillamente genial. Con esta canción contesta a su yo del pasado en High by the Beach, presentada con instrumentos de viento y violines que dan paso a elementos tecnológicos casi propios de una nave espacial. Por fin ha conseguido estar sola y tranquila en la playa sin tener que echar mano de su bazooka. Porque la felicidad no es cosa de un día, sino que hay que buscarla.
Esta evolución de Honeymoon a Lust for Life también se ve reflejada en el sonido. El tercer álbum de Lana sonaba como un cuento, sobre todo su tema homónimo, que me recordaba a ese aire de historia de amor con estética un tanto oscura de las primeras películas de Disney. En este caso Lana da un salto hacia algo mucho más cinematográfico. Love, 13 Beaches, In My Feelings o Cherry podrían ser perfectamente bandas sonoras de alguna película.

Esta última, da comienzo a una fase más sexual, que coge las bases urbanas que tenía Honeymoon y las lleva al máximo acercándose más adelante incluso al trap. Cherry, Summer Bummer y Groupie Love serían las que presentan los ritmos más marcados de todo el álbum. Un estilo que le queda realmente bien a Lana siendo, a su vez, un giro a las nuevas tendencias.
Curiosamente, la mencionada Cherry, que además de ser un muy buen tema sirve como unión de varios sonidos del álbum, White Mustang e In My Feelings me han devuelto a ese 2012. Ya sea por el piano que los acompaña o esos graves marcados tan característicos de esa primera época de Lana. Es muy interesante cómo la cantante consigue con este movimiento dar una sensación de vuelta a los orígenes, a Born to Die y a Paradise y, sin embargo, ser también una evolución dentro del sonido que venía llevando.
Llevamos unos cuantos temas hablado de amor, felicidad y de pasarlo bien a pesar de todo. Pero, como os he dicho al principio, Lana no deja de ser Lana. El positivismo que vemos a simple vista cuando escuchamos Lust for Life da paso a una fase más social dentro del álbum. Una que no nos presenta el mundo de forma tan positiva. Coachella, nos habla del poco afán de la juventud de ahora por sentir la esencia de las cosas, mucho más preocupada de aparentar y evadirse. La fantástica God Bless America y sus guitarras, me resulta cercana a lo que trajo Madonna en Ray of Light unido a su propio sonido, que retrata políticamente a USA.
Podemos ver claramente este enfoque con Tomorrow Never Came un tema algo monótono cantado con Sean Ono Lennon, irónicamente, hijo de Yoko Ono y John Lennon. Una canción que nos habla de que vivimos esperando a un mañana que no llega y que viene justo después de Beautiful People Beautiful Problems. La esperada colaboración con Stevie Nicks no decepciona. Sus voces, tan personales, encajan genial unidas, poniendo de relieve el valor de las personas que han pasado problemas a lo largo de su vida.

Pero es When The World Was At War We Kept Dancing con la que comprendemos el mensaje de Lana del Rey. Este tema, que probablemente tenga más valor dentro de Lust for Life que en solitario, nos cuenta lo que podríamos interpretar como la moraleja del álbum. Lo que ha cambiado no es el mundo; siguen pasando injusticias y guerras y no parece que esto vaya a mejorar. Lo que no es igual es la forma que tiene Lana de mirar a ese mundo. La felicidad es una elección.
En el cierre final, entonces, tenemos reflexiones que tiene Lana después de este cambio de mentalidad. Si Lust For Life destaca por algo, es por la voz tan nítida y clara con la que Lana nos canta. Es por eso que todavía destacan más lo efectos vocales de Heroin, la más cercana al sonido de Ultraviolence. Y tras ella, Change, una de las sorpresas del álbum; mucho más íntima que el resto. En esta tranquila balada lo único que nos acompaña es un piano. Porque, como digo, el cambio se produce dentro de ella misma y es así como lo representa.
Y por último, Lana cierra con Get Free, con el que completa el círculo. “Sometimes it feels like I've got a war in my mind”, confiesa. Ella misma siente esta contraposición constantemente. Pero en este tema final de ritmos más animados nos cuenta, con guiños a su era Paradise, que ha elegido ser libre; aunque de forma muy hábil ni siquiera lo mencione en la letra.
Con Lust for Life Lana del Rey lanza, como ya lo anunció, su disco más optimista. Volviendo a sonidos de sus inicios, con una perspectiva más actual y experimentando con  estilos como el trap. Pero no es un optimismo tan sencillo como podíamos esperar. Para Lana del Rey seguimos en un mundo de mierda, pero es precisamente en estos momentos en los que hay que forzarse a bailar y a disfrutar como canta en When The World Was At War We Kept Dancing. Es aquí cuando la portada cobra sentido. En ella aparece fuera de su coche, como ya vimos en Born to Die. Pero ahora Lana sonríe, aunque haya momentos en los que esa sonrisa parezca algo forzada. Porque aún sabiendo que el mundo va mal, ella ha decidido intentar ser feliz. El tiempo nos dirá lo importante y lo definitivo que es este cambio en Lana del Rey.




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